NOTA BREVE SOBRE LA POSICIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA EN ESPAÑA EN RELACIÓN CON LOS ANIMALES

DI: Dr. Jorge Antonio Jiménez Carrero; Licenciado en Derecho y Máster en Unión Europea. Abogado colegiado en el ICAM con más de 5 años de experiencia en Derecho de Extranjería. Doctor en Derecho y vocal del IELEPI (Instituto Eurolatinoamericano de Estudios para la Integración).

Son varios los pasajes bíblicos que animarían al cristiano católico a seguir una vida de respeto hacia los animales, eliminándolos de su dieta. Así, quizá el más paradigmático de todos es Génesis 1: 29, que delimita perfectamente cuál era la dieta natural del ser humano:

Dios dijo además: “He aquí que os he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos os servirán de alimento”.

Previamente, había quedado constatado la responsabilidad que, como seres humanos, tenemos hacia los animales en Génesis 1: 26:

Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra”.

Quede claro que la interpretación difiere radicalmente de entender “dominio” por explotación, tortura y muerte. El hecho de tener dominio sobre algo no implica que se pueda utilizar de manera inmoral, sino de acuerdo con la doctrina cristiana, que aconseja la compasión hacia toda criatura de Dios. Así lo establece el catecismo (1997: §2415 y §2416):

El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales. El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación.

 

Los animales son criaturas de Dios, que los rodea de su solicitud providencial (cf. Mt 6, 16). Por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria (cf. Dn 3, 57-58). También los hombres les deben aprecio. Recuérdese con qué delicadeza trataban a los animales san Francisco de Asís o san Felipe Neri.

 

También, por ejemplo, Romanos 14: 21 señala:

 

Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tropiece tu hermano.

 

Empero, no estamos de acuerdo con el § 2417, toda vez que, a nuestro juicio, entraría en colisión directa Génesis 1: 29:

 

Por tanto, es legítimo servirse de los animales para el alimento y la confección de vestidos.

 

De hecho, apreciamos cierta contradicción entre esta frase y el §2418 del catecismo:

 

Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas.

 

En esta situación, la pregunta que habríamos de hacernos como católicos es la siguiente:

 

Considerando que científicamente ha quedado acreditado que un ser humano puede encontrarse perfectamente saludable llevando a cabo una dieta libre de carne en cualquier etapa de su vida, ¿resulta necesario hacer sufrir a los animales y sacrificar sus vidas?

 

La respuesta, a todas luces, entendemos que ha de ser necesariamente negativa: no es necesario sacrificar animales para utilizarlos como alimento.

 

*  *  *

 

En relación con la posición de la Iglesia Católica en España sobre el trato hacia los animales, lo cierto es que, bajo nuestro criterio, deja bastante que desear. En este sentido, resulta necesaria la lectura del artículo del periodista Zara Ferrante, A. (2024) “A Dios rogando y con la pica torturando” en elDiario.es.

 

De la lectura de dicho artículo se pueden extraer una serie de datos y situaciones, relacionadas con la posición de la Iglesia Católica española sobre la tauromaquia, y por extensión, sobre el respeto hacia los animales y cuál debe ser su relación con el ser humano, como criaturas de Dios:

 

  • En muchas plazas de toros existe una capilla, prueba de la conformidad de la Iglesia Católica en España con la práctica de la tauromaquia.

 

  • Desde la Conferencia Episcopal Española, se guarda silencio sobre la incoherencia entre ser católico y taurino (Zara Ferrante, A. 2024).

 

  • Varios sacerdotes españoles bendicen a los toreros antes de ejercer la tortura sobre un toro indefenso en una plaza.

 

  • En Madrid y Murcia se encuentran, respectivamente, el Cristo de Medinaceli y el Jesús del Gran del Poder, que han sido calificados como Cristo de los Toreros (Zara Ferrante, A. 2024).

 

 

El sector social español, católico y defensor de los animales observa con indignación el silencio sobre este tema por parte de las máximas autoridades católicas del país, teniendo en cuenta lo dispuesto en la bula De Salutis gregis dominici, del Papa San Pío V:

 

…considerando que esos espectáculos en que se corren toros y fieras en el circo o en la plaza pública no tienen nada que ver con la piedad y caridad cristiana, y queriendo abolir tales espectáculos cruentos y vergonzosos, propios no de hombres sino del demonio, y proveer a la salvación de las almas, en la medida de nuestras posibilidades con la ayuda de Dios, prohibimos terminantemente por esta nuestra Constitución, que estará vigente perpetuamente, bajo pena de excomunión y de anatema en que se incurrirá por el hecho mismo (ipso facto), que todos y cada uno de los príncipes cristianos, cualquiera que sea la dignidad de que estén revestidos, sea eclesiástica o civil, incluso imperial o real o de cualquier otra clase, cualquiera que sea el nombre con el que se los designe o cualquiera que sea su comunidad o estado, permitan la celebración de esos espectáculos en que se corren toros y otras fieras es sus provincias, ciudades, territorios, plazas fuertes, y lugares donde se lleven a cabo.

 

[…]

 

Del mismo modo, prohibimos bajo pena de excomunión que los clérigos, tanto regulares como seculares, que tengan un beneficio eclesiástico o hayan recibido órdenes sagradas tomen parte en esos espectáculos.

 

 

Considerando la situación en España, anteriormente vista, relativa a la posición católica sobre la tauromaquia, podemos aventurarnos a afirmar que resulta una especie de utopía que desde las parroquias españolas se inste a los católicos a abandonar, radical o paulatinamente, el consumo de carne.

 

En este sentido, desde el portal web InfoCatólica señalan la aquiescencia de la Iglesia Católica con la ingesta de carne:

 

La Iglesia Católica recomienda la templanza en la comida, que ataca la gula sin atacar que se coma carne (Quinn, M. L., 6 de marzo de 2009).

 

Desde nuestro punto de vista, la doctrina católica en España debería encaminarse hacia la apología de la dieta vegetariana o vegana, lo que a nuestro juicio sería lo cristianamente correcto en atención a lo dispuesto en Génesis 1: 29, y a lo que señala el catecismo cuando habla sobre la indignidad que supone el sacrificio innecesario de vidas animales.

 

 

REFERENCIAS

 

 

Catecismo de la Iglesia Católica (1997). https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2017/11/Catecismo-Iglesia-Catolica.pdf

 

La Biblia.

 

Quinn, M. L. (6 de marzo de 2009). El vegetarianismo por motivos religiosos. https://www.infocatolica.com/blog/sarmientos.php/razones_religiosas_para_el_vegetarianism

 

 

San Pío V: Bula «DE SALUTIS GREGIS DOMINICI» (1567). https://www.eroj.org/paginas/piov.htm (pág. web mantenida por Lorenzo Peña).

 

Zara Ferrante, A. (2024). A Dios rogando y con la pica torturando, elDiario.es. https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/dios-iglesia-catolica-toros-tauromaquia-comferencia-episcopal-espanola_132_11257919.html